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Derrota

de Raúl Dans

Dirección Artística: Edith Obregón y Yeandro Tamayo

Dirección General: Carlos Celdrán

Elenco:
Forastero:      José Luis Hidalgo
Vagabundo:    Waldo Franco
Mujer:              Yailin Copola
Chico:             Israel Guerra/ Yasmani Guerrero
Chica:             Camila Carballo/ Edith Obregón
Madre:            Verónica Díaz
Hombre:         José Luis Hidalgo
Manco:           Waldo Franco
Caballo:          Alexander Díaz

Equipo de Realización:

Diseño de escenografía: Alain Ortiz

Sinopsis:
En un parque público, confluyen una serie de personajes; algunos escapando de su destino y otros tratando de encontrar el suyo. Un Forastero busca desesperado a su hija y esposa y se encuentra con un Vagabundo, que lo único que quiere es dinero. Una Chica decide irse y abandonar su relación enferma, para darle a su hijo una vida más plena. Un Chico que huye de la consecuencia de su estafa y de su Madre esquizofrénica. Una Mujer que quiere que maten a su marido, porque ella no tiene el valor de hacerlo y para lograrlo contacta con el delincuente más peligroso de la zona. La historia se mueve por muchas zonas y recovecos del ser humano, se pasea por el mundo de las drogas, lo marginal como denominador común, la pérdida de valores, amores que comienzan sobre cimientos ya debilitados. Personajes que emprenden su viaje en situaciones límites, cuando sería más fácil sentarse y descansar. Todos por alguna razón se encuentran y confluyen en una especie de mundos rotos, de sentimientos retorcidos, de deseos truncados, como un ciclo que no se acaba que volverá a empezar mañana. 

Notas al programa:

Derrota
Atrapados en una azarosa cadena de enfrentamientos, unos personajes sin biografía definida protagonizan las derrotas que se amontonan sobre el escenario. Entre la herrumbre de un  viejo parque, los acontecimientos suceden sin previo aviso. El presente se vive sin explicaciones o referencias. La ciudad es solo una tenue silueta en lontananza. Y en el centro de todos los encuentros superpuestos están estos seres que cargan sus decepciones y las angustias de otros tantos que les son contemporáneos, no importa el rincón de la Tierra en que les toque pernoctar.  Al final solo quedan la espera y la incertidumbre en la mirada de una joven que también por azar espera un hijo. Su mirada no cierra la historia que el teatro procura apresar inútilmente. La imagen promueve mayores cuestionamientos sobre las existencias distantes de los fulgores y los cantos triunfalistas por un futuro mejor.
Derrota,  la obra del dramaturgo gallego Raúl Dans (1964), llega al escenario de Argos Teatro por la natural afinidad de su discurso teatral y sus proposiciones temáticas, con las descarnadas visiones realistas que este grupo ha ofrecido sobre nuestro contexto. Los personajes, sin más asideros que sus propias historias, registradas en sus puntos de máxima tensión, centran la armazón de los relatos y las reducidas alternativas que llevan a estos hombres y mujeres por un camino sin salida previsible.
¿Cuál es la contienda que compulsa a los personajes y sus relatos? ¿Cuáles son las motivaciones o las claves que nos acercan en condición equivalente a los conflictos  construidos por Dans en 1997? Algo anda mal por el mundo y nosotros, por muy diferentes que seamos, formamos parte del rumbo de los tiempos desde esta Isla siempre atenta a los  hombres y las mujeres de otras regiones, muchos de ellos desclasados, marginales, excluidos o desechados. No importa demasiado su condición,  pues la historia hoy día está recolocando los roles de todos en nuevos escenarios de acción y visibilidad.
Argos Teatro con Carlos Celdrán al frente, ha dejado constancia escénica perdurable de estas biografías inconfesables por su certera crudeza. El universo de Baal, Zucco, Pasolini, Mae, Lloyd, Henry, Hamm, Clov,  junto a las circunstancias de Karel Darin, Miguel Depás, Máshenka La Dura, Javy El Ruso, Zuleidy La Guanty y Álvaro El Cherna, por más de una razón, son esencialmente afines con las confrontaciones que exponen los personajes sin nombres levantados por Raúl Dans en la escena con una identidad peculiar,  apuntada solo en sus trozos más urgentes.
Ediht Obregón, actriz y discípula de Celdrán, se estrena profesionalmente como directora con este espectáculo, el cual es también  el primer encuentro del teatro cubano con uno de los creadores teatrales españoles actuales de mayor presencia y significación. El acontecimiento creador articula la mirada de una novel artista que concibe sus imágenes a partir del andamiaje de los personajes y sus  situaciones límites. Así arma la puesta en escena,  libre de distracciones formales o precisiones contextuales, para centrarse en el diálogo verbal, circunstancial, emocional y revelador de los personajes arquetípicos que han de atravesar el escenario.
Edith y Yeandro Tamayo, codirector del espectáculo,  proponen  una imagen escénica consecuente con la voluntad poética tejida por Celdrán, en la que los personajes y sus condicionamientos articulan una noción de teatralidad realista de nuevo signo que opera por las variaciones y las síntesis de la historia, del relato, del tiempo, de los espacios y de la realidad que les sirve de origen y destino inevitables. Por ello, los relatos que hoy están en la escena de Argos Teatro nos conminan para que la poética de la escena ilumine las zonas más oscuras de nuestras derrotas, por muy improbables o lejanas que estas parezcan.

Eberto García Abreu
La Habana, marzo 8 de 2011